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Megan, la californiana que robo el corazón al príncipe Harry y lo llevó hasta el altar

Qué duda cabe la celebridad del 2018 es Megan Markle, esta chica californiana que robo el corazón al príncipe Harry y que logro llevarlo hasta el altar.

Nacida el 4 de agosto de 1981, hija de padre blanco y madre afroamericana se crio con su madre, pues la pareja  se divorció cuando ella apenas contaba con seis años de edad. Sin embargo gracias a la buena relación que mantuvieron, la crianza de la niña estuvo a cargo de ambos.

Estudio en un colegio católico de niñas  que, como cualquiera que se precie de serlo le enseño una cuidada caligrafía que más adelante en su vida le serviría para ganarse la vida escribiendo invitaciones a bodas, y también la correspondencia de celebridades de Dolce y Gabana. Al culminar sus estudios de colegio ingreso en la Northwestern University de Illinois, donde estudio comunicación social, con una especialidad en teatro y relaciones internacionales. Es en esta etapa cuando trabajo como pasante en la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires, Argentina.

Su infancia y juventud fue casi como la de cualquier chica americana, aunque hay que decir que siempre demostró una posición firme cuando de defender al género femenino se trataba. Esto la llevo a escribir cartas a personalidades e inclusive  a la primera dama de EEUU, Hilary Clinton para conseguir que un anunciante retirara un anuncio publicitario de un lavavajillas, con el cual se insinuaba que el lugar de las mujeres era la cocina. La defensa de la igualdad de género y de los derechos de las mujeres, la impulso a trabajar en las Naciones Unidas siendo su participación más reciente y también la más aclamada, el discurso que pronunció en el año 20015 en ocasión del Día Internacional de la Mujer.

Su actividad profesional más conocida fue su carrera como actriz, siendo  justamente esta parte de su vida, además del hecho de ser divorciada,  la que a la realeza no le gusta demasiado, pues  algunas de las escenas que grabó para la serie Suits, resultaron algo subidas de tono para una duquesa.

Uno de los puntos fuerte en su relación con el príncipe Harry,  es el interés de ambos por las labores humanitarias. En el caso de Megan es desde el año 2017, embajadora de una organización canadiense sin fines de lucro,  World Vision Canadá que trabaja en pro de la infancia buscando mejorar la alimentación, la educación  y la atención médica de los niños en los lugares donde más se necesite. Esta preocupación por el bienestar de los niños la llevo a trabajar en campos de refugiados en Ruanda y a viajar a Afganistán. Para ella el glamour de la alfombra roja no está reñido con el interés y el trabajo en pro de las necesidades de los más desfavorecidos, es mas en su opinión es un deber combinarlos.

Harry hizo valer su opinión ante la realeza, por lo que la relación próspero y desde fecha reciente se convirtió en la duquesa. Aunque ello signifique que Megan tuvo que renunciar a algunas cosas en su vida, también en el palacio de buxxxx tendrán que contar ahora con la presencia de un miembro de la familia real que además de mestiza es feminista.

Lo que si es cierto es que el final de este cuento de hadas moderno, que inició con el anuncio del compromiso y culmino como todo cuento lo hace, con una boda esplendorosa, donde ambos lucían espectaculares y enamorados. Al ver las imágenes de la boda, comentaba Raquel, una trabajadora del área administrativa de una empresa de localización de arquetas , al igual que la de electricistas de urgencias en Leganes que la emoción que reflejaba Harry el día de la boda no tenía nada en común con la de su padre el príncipe Carlos, cuando ya en los lejanos 80’s se casó con Lady Di.